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in Revista de Urbanismo
La ciudad planificada a través de la producción de la vivienda: una revisión a tres conjuntos de la Corvi en Chile (1961-1965)
Resumen:
En el entendido que la vivienda fue pieza clave en la planificación urbana durante el período de 1961-1965, este artículo examina la manera en la que el Estado materializó su rol planificador a través de una institucionalidad ad hoc y su expresión en diversos contextos regionales en Chile. Sobre la base de dos criterios, geográfico y tipológico, se analizan tres iniciativas: la remodelación El Morro, en Iquique; el conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros, Valparaíso; y de la villa San Pedro, en Coronel. Estos casos permiten examinar la propuesta de la vivienda en su relación con la ciudad a través de la Corporación de la Vivienda (Corvi). Las fuentes utilizadas —fundamentalmente memorias institucionales, publicaciones periódicas y diversos registros de las iniciativas estudiadas— se ponen en perspectiva bajo una metodología que compara los tres casos seleccionados, caracterizados por diferentes situaciones geográficas y estrategias proyectuales: remodelación, conjunto y villa. Mientras la remodelación de Iquique buscó generar contraste a través de la horizontalidad del bloque, en el conjunto de Valparaíso, en cambio, este se quebró para adaptarse a la pendiente; en tanto en la villa de Coronel se planificó una ciudad jardín con una amplia diversidad de usos en la periferia de la ciudad. Esto refleja diversas maneras en la que se planificó la ciudad, adecuándose a contextos urbanos y paisajísticos específicos, pero bajo una misma lógica de provisión de vivienda en un período en el que esta fue materia de un debate social, urbano y político.
Introducción
Al iniciar el siglo XX, el problema de la vivienda se había tornado crítico a nivel social y la promulgación de la Ley N.° 1.838 de 1906 marcó el origen de las políticas de vivienda en Chile. A partir de entonces, el Estado promovió normativas e instituciones que se hicieran cargo de este. La labor de la Caja de Habitación Popular, creada en 1936, sentó las bases de las instituciones públicas que asumieron el problema en la década de 1950 y 1960, y cuyas actuaciones buscaron enfrentar el déficit mientras impusieron nuevas improntas, tanto desde el punto de vista del diseño como de sus efectos sociales, políticos e incluso territoriales ( Hidalgo, 2005 ). Fue también a partir de la década de 1930 cuando el Estado inició una política nacional desarrollista anclada en el desarrollo industrial que concibió el problema de la vivienda como la provisión de infraestructura territorial, al tiempo que esta era materia de un debate social y político. Es más, animó no solo el quehacer de un Estado de bienestar, sino que la movilización de sectores que, al no contar con una vivienda digna, reclamaron por sus derechos, especialmente a partir de la década de 1960 (Murphy, 2005).
El Decreto con Fuerza de Ley N.° 285, dictado en 1953 durante el segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), refundió la Corporación de Reconstrucción y Auxilio (CRA) con la Caja de la Habitación, y dio paso a la creación de la Corporación de Vivienda, Corvi (Corvi, 1963). Durante sus primeros seis años de funcionamiento, y de acuerdo con los recursos económicos con los que contaba, esta construyó y financió alrededor de 25.000 casas económicas para avanzar en resolver el problema habitacional chileno. Al inicio del gobierno de Jorge Alessandri Rodríguez (1958-1964), se puso en práctica una de las medidas de gobierno más notables para afrontar el problema habitacional del país a través de la promulgación del Decreto con Fuerza de Ley N.° 2, instrumento legal sin precedentes destinado a fomentar recursos estatales, el ahorro y el crédito público y privado para la vivienda popular (Corvi, 1963). La acción técnica y ejecutiva de dicha ley quedó centralizada en esta Corporación, a cargo de aplicar la política habitacional. Con una perspectiva de cuatro años, a partir de 1959, la Corvi propuso el Plan Habitacional de Chile, vinculado con el Programa Decenal de Desarrollo. Al alero de este, se presentaron planimetrías y diseño de poblaciones y viviendas ejecutadas a través de la doble labor directa o indirecta de la Corvi, las que reflejaron la respuesta espacial de diseñadores chilenos a las necesidades de habitabilidad (Corvi, 1963).
Corvi materializó la aspiración del Estado por mejorar los entornos urbanos y el hábitat de sus poblaciones (Navarrete, 2020). La capacidad estatal por cubrir el déficit habitacional aumentó gradualmente tras la creación de esta Corporación, organismo que llegó a ser el mayor promotor de vivienda en términos cuantitativos 1 e impulsor pionero de planes nacionales de vivienda, propuestos según el plan industrial, el cual era liderado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) ( Aguirre y Rabí ,2009 ; Corvi, 1963; Ibarra y Rosso ,2022 ). Sus atribuciones incluían desde la expropiación, compra, venta, arriendo de inmuebles, hasta el fomento y coordinación de centros para la investigación y racionalización de la industria de la vivienda ( Ibarra y Rosso ,2022 ). En ese marco, el Estado centralizó el diseño de la vivienda a través de la Corvi, a pesar de que el acceso a ella seguía siendo a través de cajas para los grupos medios ( Lin y Mc-Lean ,2022 ).
La Corporación promovió la vivienda unifamiliar como una posibilidad más cercana y accesible, a la vez que su propiedad era comprendida como un hecho fundamental para la movilidad social. Esta noción se evidencia tanto en el ámbito legislativo, reflejado en el DFL 2 de 1959, como en el ámbito discursivo, a través de las publicaciones de como La vivienda y Corvi Noticias ( Ibarra y Rosso ,2022 ). Así lo explicitaba esta última en su publicación número 5, de 1962: “Año nuevo, casa nueva ¡Salga de lo común! Obsequie una ‘Cuenta Corvi’ ¡Significa casa propia fácilmente!”. Es más, en la editorial de este número titulada “Nuestra palabra. Reconstruyendo la moral”, se declaraba:
En eso se está ahora buscando una salida noble y justa para un pueblo que merece vivir con decencia. Que anhela sentir la felicidad de poder disfrutar de un hogar bien constituido, en una vivienda confortable. Donde se puede respirar el aire puro de nuestras montañas y mirar el cielo azul. Construyendo estas casas, se están reconstruyendo la moral y las felicidades de un pueblo. ( Corvi Noticias, 1962, s. p.) ( Figuras 1 y Figura 2 .
Autores como Raposo (2006 ) han planteado que los proyectos de vivienda de la Corvi reflejaron un enfoque social y popular. La política de vivienda desde la institucionalidad de la mencionada Corporación se posicionaba como una suerte de “estatuto de la dignidad del habitar popular”, expresado a través del ordenamiento arquitectónico y urbanístico de sus proyectos habitacionales públicos ( Raposo, 2006 , p. 2). El autor ha sugerido que las diferentes formas de organización morfológica en la parcelación del suelo, incluyendo tipologías arquitectónicas y espacios comunes donde se programan trayectorias de senderos y vías con jerarquías simbólicas integran un “proyecto de convivencia social en el espacio público” que da sentido a la relación arquitectónica y urbanística del ambiente habitacional general ( Raposo, 2006 , p. 24). Efectivamente ese era el espíritu que había trazado la propia Corporación, tal como lo explicitaba el documento Monografía de diseño y construcción de población y viviendas, publicado por el Departamento de Construcción, Subdepartamento de Estudios de la Corvi, en 1965, al indicar que la vivienda como espacio de vida organizada debiera permitir el desarrollo de funciones biológicas y morales. Por ejemplo, el patio delantero se comprendió entonces como una respuesta a necesidades sociales y estéticas, mientras que el patio posterior se concibió como parte de la herencia cultural del habitar (Corvi, 1965).
El análisis desarrollado por Vergara et al. (2021) sobre el documento Tipologías de viviendas racionalizadas 1966-1972 también entrega una mirada de interés sobre la labor de esta institución. Tal estudio da cuenta de cómo los equipos de diseño proyectual buscaron delimitar las interacciones incluidas en el trabajo de selección, construcción de viviendas a través de la racionalización de sus materialidades, programas y tipos. Para determinar el tipo de estandarización que caracteriza a los diseños analizados, se sistematizó la información de cada prototipo de vivienda presente en la tipología de viviendas racionalizadas (Corvi, 1972). Entre los resultados del análisis de Vergara et al. (2021), las casas muestran unidades de vivienda con dimensiones homogéneas, mientras los colectivos reflejan unidades de vivienda con diversas dimensiones y tipos.
Con el objetivo de comprender la diversidad de formas que adquirieron las iniciativas de vivienda según el contexto donde se emplazaron, y cuál fue el enfoque de la planificación de la ciudad de la Corvi a nivel nacional, este artículo ha optado por una metodología comparativa en función del estudio de tres casos ubicados en la zona norte, centro y sur de Chile. Caracterizados como bloques de vivienda colectiva, los casos de estudio presentan diversas cualidades desde el punto de vista de su ubicación geográfica —zona norte, centro y sur— y de su tipología —remodelación, conjunto y villa—. Se trata de la remodelación El Morro, en Iquique; el conjunto habitacional Ignacio Zenteno, en Valparaíso; y la villa San Pedro, en Coronel, construidos entre 1961 y 1965. Estudiar estos tres casos permite relevar la escala nacional necesaria para comprender no solo la expresión de la Corvi en una mirada más general, sino que también cómo se materializó la ciudad planificada, avanzando de su dimensión institucional, hasta ahora su más conocida perspectiva de análisis. Además, permite poner atención en un momento crucial para la relación vivienda-ciudad, en la que diferentes ideologías ( Anguita, 2012 ) y gobiernos tuvieron en común este cometido cuando el problema de la vivienda era ineludiblemente un asunto político y relevaba la localización, promoción y planificación física de la ciudad (Ibarra y González, 2023).
Marco teórico
Las dimensiones del plan habitacional Corvi
La Corporación en las tres macrozonas: norte, centro y sur. En el Plan Habitacional de Chile, de 1963, la Corvi estableció una división geográfica del país en tres amplias macrozonas: la zona norte, la zona central y la zona sur que consideraban una gran variedad de climas, dada su extraordinaria longitud y amplias diferencias de altura. A su vez, estas zonas se podían dividir en tres tipos de clima: semitropical y desértico en la zona norte (con temperatura media de 19°), templado en la zona central (con temperatura media de 15°) y frío en la zona sur (con temperatura media de 6°) (Corvi, 1963). A lo largo del extenso territorio del país, se identificaron varias regiones naturales, las cuales se diferenciaban no solo por el clima, sino también por sus características geográficas, económicas y socioculturales. Desde la mirada de la Corporación, estas condiciones naturales determinaban la medida del problema habitacional en los distintos asentamientos, así como el enfoque de la producción de viviendas, considerando las características necesarias y los sistemas de agrupación (Corvi, 1963).
El mencionado documento Monografía de diseño y construcción de población y viviendas de la Corvi (1965) describía detalladamente cómo se debía proyectar en las zonas norte, centro y sur del país Figura 3 . En la primera, caracterizada por la presencia del Norte Grande, las viviendas se debían planificar y agrupar en torno a un patio, contar con estructuras simples y con ventanas de dimensiones reducidas, mientras las cubiertas debían ser planas o mantener una ligera pendiente y proyectar quiebra vistas y persianas para proteger los espacios interiores de la excesiva luz solar (Corvi, 1965). Estos criterios no solo respondieron a la necesidad de cautelar los costos, sino que también tomaron en cuenta la escasez que existía de mano de obra calificada. En el Norte Chico, las viviendas debían presentar en su planimetría diferenciación de espacios cubiertos, semicubiertos y patios. En este tipo de viviendas se optaba por controlar la superficie de ventanas junto con la proyección de ventilaciones cenitales. Desde la Corvi, lo constructivo se transformó en la expresión de las posibilidades regionales y los sistemas constructivos racionales y modulados permitieron sortear la falta de mano de obra y de productividad industrial. La expresión arquitectónica del norte se define así a través de techos planos, de una disposición de ventanas, persianas y pérgolas (Corvi, 1965). Coincidía además con la proyección de lenguaje moderno que, permite relevar la arquitectura del norte del país como producto de iniciativas de instituciones nacionales y regionales, que desarrollaron edificios marcados por un racionalismo ortodoxo y, también, proyectos que consideraron el clima y la topografía del desierto, generando un destacado “laboratorio de modernidad” ( Galeno, 2008 , p. 18).
La provincia de Valparaíso y Aconcagua, considerada como parte de la zona norte-centro de acuerdo con la división de Corvi, se comprende en este estudio como parte de la gran zona central, junto con las provincias de Santiago, O’Higgins y Colchagua. En el contexto de esta investigación, se toma esta decisión dadas las características tipológicas de los proyectos Corvi desarrollados en la otrora provincia de Valparaíso y Aconcagua. En esta macrozona se encuentran elementos arquitectónicos que responden a un tipo de clima moderado y una gran concentración demográfica (Corvi, 1965). En Valparaíso, los determinantes climáticos definieron la aparición de los canales de aguas lluvias y ventanas de proporciones más amplias, una mayor flexibilidad en la estructura y la disposición de patios diferenciados que buscaron respetar una tradición tipológica y una naturaleza más abundante que la del Norte Grande (Corvi, 1965). En la zona central, la Corporación buscó satisfacer las determinantes sociales de grupos diversos “desde el poblador que nada tiene, hasta el obrero y empleado de ingresos medios” (Corvi, 1965, p. 14). El clima intermedio condicionó el desarrollo de una arquitectura de vanos moderados y techumbres simples, donde se aprovecharon de manera amplia las mayores posibilidades de abastecimiento de materiales y el uso de nuevos, considerando la cercanía que existía con las fuentes productoras (Corvi, 1965).
De acuerdo con los planteamientos de la Corporación, la zona sur, caracterizada entonces por un invierno de larga duración, mantenía limitaciones con relación al habitar, por lo cual el hogar se debía comprender como un espacio que diera cobijo a las vicisitudes del clima, aunque “no es el mismo a lo largo de 16 provincias que comienzan en Curicó y terminan en Magallanes, van cambiando sus características” (Corvi, 1965, p. 23). Se consideró la existencia de distintos tipos de habitantes, tal como el obrero agrícola, el indígena apegado a sus tradiciones o el chilote pescador, quienes habían dado solución a su vivienda apoyándose en la madera como material regional. Desde la Corvi se comprendió que la ciudad sureña tendía a romper bruscamente el equilibrio con la naturaleza, por su alta concentración demográfica. Por esta razón, los proyectos propuestos apuntaron a resguardar la relación armónica con el contexto preexistente y a vigilar el equipamiento comunitario, para restablecer aquel equilibrio disipado. La limitación más importante de las iniciativas en esta macrozona tenían que ver con la capacidad de pago, lo que exigió dar racionalidad a la construcción de la vivienda. Es más, de acuerdo con las memorias de la Corporación, es posible sostener que habitar en el sur implicó entonces “darle el calor que no encuentra en el exterior, con la cocina como centro del hogar” a través de la vivienda pareada con patio y combustible para el invierno (Corvi, 1965, p. 23).
De este modo, la mirada de los proyectos a analizar según las tres macrozonas trazadas por la Corporación permite establecer que, pese a que sus preceptos fueron determinados de manera general en el territorio, la producción de la vivienda y su relación con la ciudad, en la práctica, se adecuó no solo a los contextos urbanos, sino también geográficos del país. Esta consideración es fundamental para avanzar en la comprensión de “la ciudad planificada” en una escala nacional, especialmente porque estas iniciativas deben entenderse como un sistema, más que como obras individuales, en estrecha relación con la ciudad ( Navarrete, 2012 ).
Los proyectos de la Corporación: remodelaciones, conjuntos y villas. Además de la dimensión geográfica, es decir, el análisis de proyectos en cada una de las tres macrozonas, se seleccionaron iniciativas con distintos enfoques de diseño arquitectónico y de planificación urbana: una remodelación, un conjunto habitacional y una villa. Bajo el concepto de “remodelación” la Corvi proyectaba conjuntos habitacionales en contextos urbanos cercanos a áreas centrales, que apuntaron a remodelar el tejido urbano preexistente. Un ejemplo representativo fue el proyecto Remodelación Concepción, el cual, a través de un concurso nacional, consideró remodelar 18 manzanas cercanas al centro administrativo y comercial de la ciudad. Ante un contexto preexistente constituido originalmente por viviendas de baja altura, insalubres construidas en gran medida en madera y adobe, el proyecto de Remodelación Concepción propuso una nueva escala y entorno moderno para la ciudad (Remodelación Concepción Corvi, 1969). Más adelante, luego de su creación el año 1965, la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu) siguió utilizando este concepto en sus propuestas. La Cormu había sido fundada tras la creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), también en 1965, y buscó un enfoque más integrador de las políticas habitacionales implementadas por la Corvi ( Gámez, 2006 ). Por ejemplo, el emblemático proyecto de remodelación San Borja en Santiago buscó, por medio de ciertas acciones de diseño y planificación urbana, anticipar la imagen de la ciudad del futuro a través de un lenguaje modernizador ( Bastén, 2006 ) a través de una propuesta que se conectaba con un parque en el corazón del centro de la capital chilena (Díaz et al., 2022).
El concepto de “conjunto habitacional” implementado por la Corvi es uno de los más elementales y refleja cómo los proyectos no solo se enfocaron en la producción uniforme de vivienda, sino que también se integraron con otro tipo de usos en la ciudad. Por ejemplo, el proyecto del conjunto habitacional Huechuraba de Corvi incluyó ya en las bases del concurso un programa que recomendaba equipamiento urbano que debía servir a sectores poblados vecinos, siendo “un conjunto armónico con la edificación circundante” (Conjunto habitacional Huechuraba de Conchalí Corporación de la Vivienda algo más sobre los concursos CORVI, 1967, p. 25). Pese a la conceptualización que la Corporación dio entonces a esta tipología, en investigaciones recientes, el conjunto habitacional se ha comprendido también como una infraestructura flexible que puede ser capaz de revertir los procesos de obsolescencia y responder a los requerimientos actuales a través de la integración multiescalar de los distintos espacios que la componen ( Deisen, 2022 ).
Finalmente, el concepto de “villa” utilizado por la Corvi correspondió a un segundo período donde resurgió la noción de ciudad jardín, tras una primera influencia del movimiento a nivel continental en los años 1930 (Almandoz, 2018). Este segundo momento de influencia de las ideas de la ciudad jardín, coincidió con el período en que el Estado lideraba intervenciones para enfrentar a la crisis habitacional desde la construcción de viviendas obreras o baratas, ya en la década de 1960 ( Franck y Pérez ,2009 ). Las tendencias y los enfoques políticos del gobierno cambiaron, iniciando la modernización del país; la importación y la utilización de la planificación y el diseño urbano posibilitaron que las ideologías Neo-Garden City o unidad vecinal fueran implementadas de manera incipiente en Chile. En este contexto, la villa San Pedro destaca, dado que es uno de los pocos proyectos que fueron materializados de manera efectiva y fuera de Santiago en el año 1964 ( Franck y Pérez ,2009 ).
De esta manera, los proyectos que se analizan en el artículo dan cuenta de diversas maneras en que la Corvi se adaptó a las condiciones urbanas, sociales y ambientales. La metodología propuesta para analizar la producción de la vivienda en perspectiva de la planificación de la ciudad liderada por la Corporación se define a través del estudio de tres casos construidos en la zona norte, centro y sur de Chile.
En primer lugar, se examinaron los casos escogidos de proyectos construidos en las tres macrorregiones del país, en función de las definiciones de la institucionalidad de Corvi. Se realizó una revisión exhaustiva de fuentes primarias sobre proyectos y documentos de esta, como boletines y revistas, informes técnicos e institucionales, y se analizaron los planos de los proyectos asociados a los tres casos de estudio. Los planos, vistos como instrumentos arquitectónicos que se desmaterializan para ser comprendidos desde el mundo de las ideas por medio de la abstracción, se analizan como una potencial hipótesis de investigación (Hidalgo et al., 2017 ). Ello, en el entendido que los planos representan una generalidad, junto con detalles que son inherentes a la planta arquitectónica y desde ellos se define un tipo de representación que establece un encuadre y una idea de ciudad, comprendiendo una escala que muestra los hechos del territorio y la arquitectura (Hidalgo et al., 2017 ).
Se seleccionan tres casos con tipologías distintas, representativos del norte, centro y sur de Chile. En conjunto, permiten analizar la manera en la que el Estado buscó hacerse cargo de la dimensión de la planificación urbana desde el componente de la vivienda. Los casos escogidos tienen las siguientes características: son proyectos de conjuntos habitacionales de alta densidad que fueron construidos con localización cercana al centro de la ciudad y con decisiones proyectuales que buscaron adaptarse al contexto preexistente. Se trata de conjuntos emblemáticos, que fueron revisados y escogidos a partir de la revisión del valioso material bibliográfico de fuentes primarias como son las revistas profesionales, boletines institucionales y periódicos. Se complementó el estudio de la institucionalidad junto con el análisis de las tipologías de vivienda a través de los planos de los proyectos. El valor de este análisis radica en integrar la relación de vivienda y ciudad, a menudo revisada por separado, y comparar las iniciativas más allá del estudio de proyectos particulares.
Para los tres casos, se desarrolla un análisis que aborda primero una descripción del conjunto y luego una lectura que pone en perspectiva la relación de la vivienda con su entorno y con la ciudad. A continuación, se analizan los tres casos de manera comparativa a través de las cualidades referidas a su tipología, a partir de sus cualidades espaciales y datos específicos de cada proyecto (número de viviendas, superficie total, densidad, etc.). En el análisis se pone énfasis, no solo en datos cuantitativos, sino que también en cualidades espaciales y morfológicas, dado que a partir de esta relación se puede comprender el vínculo del proyecto de vivienda, sus espacios privados, con la ciudad y con los espacios públicos. Para finalizar se triangulan los resultados del análisis comparativo de manera cualitativa, intentando enfatizar qué es lo que aporta al sentido y manera en el que el Estado concibió el problema de la producción de la vivienda y la planificación de la ciudad.
Análisis
Los tres proyectos en perspectiva
Iquique: proyecto de remodelación El Morro (zona norte).
Al promediar el siglo XX, la zona norte y, particularmente en Iquique, la modernidad irrumpió en el territorio reflejando una imagen de progreso y monumentalidad (Galeno; 2005; Valenzuela 2012). ; Según la investigación de Valenzuela (2012 ) esta idea de “modernidad” quedó registrada en la prensa local con la recurrente publicación de titulares que hacían referencia a las modernas obras de la ciudad, por ejemplo, en una nota publicada en 1965 en el diario El Tarapacá se afirmaba que el “Moderno Balneario” constituía una verdadera obra de progreso en el barrio El Morro.
Según el censo de 1960, la ciudad de Iquique tenía 50.824 habitantes, y era la segunda ciudad más grande del Norte Grande luego de Antofagasta, con 88.597 habitantes (Dirección de Estadísticas y Censos, 1964). En tal contexto de crecimiento, la construcción de viviendas, tanto por parte de la Corvi como de las cajas particulares, era tan fundamental como insuficiente. Por ello, la municipalidad inició un proceso de entrega de terrenos que buscaba satisfacer la demanda habitacional a través de autoconstrucción y operaciones sitio, decisión que fue duramente criticada por diversos sectores e instituciones quienes argumentaron de que tales medidas solo reproducían el hacinamiento y falta de planificación ( Valenzuela, 2017 ).
Pero, al mismo tiempo, y bajo la premisa de transformar Iquique en una ciudad industrial y turística, el año 1964 la municipalidad desarrolló una modificación completa al Plan Regulador vigente ( Valenzuela, 2017 ). Es más, la década de 1960 se caracterizó por la implementación de diversas propuestas urbanas que modificaron y entregaron nuevos usos a terrenos disponibles y zonas intervenidas que buscaron propiciar el desarrollo económico local ( Valenzuela, 2017 ). El Plan Regulador de 1960 consideró la conformación de zonas para distintos usos de suelo, como algunas destinadas a vivienda, al comercio, a reglamentación especial, a conservación histórica, a quintas agrícolas, a balneario, a fines industriales y deportivos, a edificación hospitalaria, a regimientos, a edificación administrativa y comercial. Luego, en 1965, se desarrolló una nueva modificación al Plan Regulador en el sector de El Morro para dar cabida a un proyecto de vivienda, lo que implicó cambiar el destino de la zona de balneario —su destino original— junto con la modificación del trazado y el ancho de la avenida Costanera ( Valenzuela, 2017 ).
Construido por labor directa de la Corvi, a partir de 1961, el proyecto de remodelación El Morro ofreció una solución de conjunto que tomó en especial consideración las exigencias de planificación urbana indicadas por la Oficina del Plano Regulador de la Municipalidad de Iquique (El Norte Grande. Proyecto de Remodelación El Morro Iquique, 1966). El sector El Morro contenía un asentamiento de pescadores mestizos y balseros changos, el cual desarrolló un área de comercio en la costa ( Gurovich, 2000 ). Sobre la base de tal contexto preexistente en el borde costero, el instrumento del nuevo plan enfatizó el interés turístico y de agrado del entorno. El trazado de la avenida Costanera coincidió con la propuesta del Plano Regulador, el paseo Costanera al sur de la península del Morro, continuando en el litoral de la remodelación, para entregar al conjunto una amplia transparencia y permeabilidad de tránsito a los peatones desde avenida Costanera hacia el mar (El Norte Grande. Proyecto de Remodelación El Morro Iquique, 1966).
El esquema general del proyecto planteó dos tipos de edificios que se combinaban creando un contrapunto: uno que tiene planta en forma de “T”, que al parearse por sus tres extremos estructura bloques continuos y quebrados ( Figura 4 ). La idea detrás de esta configuración fue crear una relación fluida entre los espacios pequeños para la expansión de las viviendas, y que estos se integraran, gradualmente, a los espacios urbanos más amplios que contenían una vida social más dinámica (El Norte Grande. Proyecto de Remodelación El Morro Iquique, 1966).
El proyecto abarcó una superficie del terreno hasta eje de calles de 7,55 ha y consideró 3.182 habitantes en total. Se contempló la construcción de 502 departamentos en total y una densidad 421 hab/ha (El Norte Grande. Proyecto de Remodelación El Morro Iquique, 1966).
La estrategia proyectual general buscó crear contraste con el medio natural, lo cual se reforzó con el color blanco. A su vez, los bloques se imponían, con su tamaño y variedad volumétrica, generando además profundidad a través de fenestraciones, y luciendo a primer plano una antefachada de balcones y nichos de closets jardineras (El Norte Grande. Proyecto de Remodelación El Morro Iquique, 1966).
El proyecto considera dos tipos de bloques (tipo A y B) y viviendas de 60 m2 y 75 m2 Figura 5 . La planta del bloque tipo A muestra que los muros interiores son opacos hacia el núcleo central, mientras se entrega una mayor transparencia a los bordes, lo que facilita la vista desde el interior de los departamentos. Ambos tipos de bloques presentan un espacio intermedio (pintado en color rojizo) que articula las unidades residenciales con el espacio público, los cuales permiten la integración formal del conjunto y generan una relación fluida entre los espacios interiores y exteriores.
Valparaíso: conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros (zona centro).
En Valparaíso, el movimiento moderno de arquitectura se materializó a través de proyectos de vivienda que dieron lugar a una configuración socioespacial singular que, con el tiempo, creó formas de patrimonio urbanístico moderno de vivienda colectiva como resultado de la acción modernizadora del Estado ( Larenas y Fuster ,2018 ). Las acciones de la Corvi se realizaron entre 1953 y 1965, mientras que entre 1965 y 1976 y junto con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo fueron consolidando un sello significativo al paisaje urbano. De hecho, los reconocidos atributos patrimoniales de Valparaíso se han caracterizado por una relación paisajística entre la geografía de los cerros y el borde costero ( Larenas y Fuster ,2018 ; Ortega, 2021 ). Dichos atributos, reconocidos por Unesco como Valor Universal Excepcional (VUE), dieron al Área Histórica de Valparaíso la declaratoria de Sitio de Patrimonio Mundial (SPM) en el año 2003 (United Nations Educational Scientific and Cultural Organization [Unesco], 2003). Y pese a que el VUE de su contexto urbano se encuentra más allá de los límites de la Unesco, al interior del SPM es posible identificar influencias estilísticas marcadas por eclecticismo y por arquitectura tardo-historicista en transición hacia nociones de arquitectura moderna ( Jiménez y Ferrada ,2006 ). Pero además de su actual reconocimiento como SPM, la geografía excepcional de la ciudad de Valparaíso no solo presenta atributos patrimoniales y paisajísticos, sino que también una complejidad que ha resultado de dificultades para el propio desarrollo urbano. Según el censo de 1960, Valparaíso contaba con 255.020 habitantes, cifra que resulta de interés si se compara con la de la capital, que reunía ya a 1.907.378 habitantes (Dirección de Estadísticas y Censos, 1964). El mismo censo nacional de 1960 mostraba que Valparaíso presentaba un déficit de 52.803 viviendas, situación que se tornó más crítica tras el terremoto de 1965, que dejó alrededor de 15.000 casas destruidas, al punto que el 90 % de las viviendas de la ciudad quedaron dañadas ( Pino y Ojeda ,2013 ).
El proyecto conjunto habitacional población Ignacio Zenteno fue construido, por labor directa de la Corvi, a partir de 1961, y fue recepcionado en 1964, un año antes del terremoto de 1965 y resistió ante la catástrofe. La propuesta de este conjunto habitacional, ubicado en cerro Lecheros, estaba incluida en el Plan Habitacional de Chile (Corvi, 1963) y, conceptualmente, buscó “expresar el cerro a la manera de las pequeñas viviendas características de Valparaíso, apegadas como una textura propia o una topografía sobrepuesta” (Conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros, Valparaíso, 1968, p. 39). Por esta razón, el proyecto no se resolvió a través de bloques colectivos continuos rígidos, ni con torres aisladas y ascensores, dado que esto estaba fuera de las posibilidades económicas de sus habitantes. Con el fin de resolver la complejidad del contexto geográfico y urbano en el que se encontraba, se utilizó una trama hexagonal agrupando los edificios en forma de “Y” incluyendo una escalera central. El proyecto consideró, a su vez, la demolición de las construcciones preexistentes, pero no en su totalidad, dado que las plataformas se rehabilitaron como terrazas, miradores o espacios comunitarios a escala humana (Conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros, Valparaíso, 1968). De esta manera, en términos generales el proyecto planteó un valioso aporte arquitectónico que respondía al contexto geográfico de los cerros de Valparaíso, “por la fuerza de su expresión arquitectónica y la creación de espacio comunes a pesar de su alta densidad” (Conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros, Valparaíso, 1968, p. 40).
La superficie terreno del conjunto fue de 1,5 ha, la ocupación suelo de 2.921,56 m2, la superficie edificada fue de 15.748,76 m2 y con una densidad de 560 hab/ha. El conjunto estaba compuesto por 15 bloques y 185 departamentos de cinco y seis pisos (Conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros, Valparaíso, 1968; Pontificia Universidad Católica de Valparaíso [PUCV], 2014). La composición y orden arquitectónico general era claramente modernista ( Figura 6 , Figura 7 y Figura 8 ). Este conjunto habitacional se caracterizó por una técnica constructiva de hormigón armado, como parte primordial de la expresión arquitectónica del bloque, las torres o cajas de escaleras, los pórticos abiertos y el uso de pilotis que entregaba conectividad entre los espacios públicos. Su planta semicircular buscó el cuidado del bien común, un asoleamiento equitativo y buena circulación del aire, es decir, un conjunto con condiciones higiénicas propias de las propuestas del modernismo arquitectónico. A su vez, la integración con el entorno se manifestó desde las unidades del bloque que presentan una composición alternada de vanos, con colores primarios, muros y balcones, los que conformaron una fachada continua de perfil irregular que relevó los atributos del paisaje urbano de Valparaíso (PUCV, 2014).
La planta de agrupamiento de viviendas se adosó en un ángulo de 360° y fueron articuladas a través de un núcleo de escaleras. Estas agrupaciones denominadas “módulo de articulación” se repitieron para crear subgrupos con los que se compusieron los diferentes bloques. A través de este sistema de articulación, el bloque se adecuó a las distintas alturas de la pendiente, como una sumatoria de volúmenes-viviendas (PUCV, 2014). De esta manera, el proyecto modernista se configuraba a partir del bloque rígido y homogéneo, adaptándose a las condiciones geográficas del entorno. Cabe destacar también que el núcleo de escaleras genera un espacio intermedio (pintado en color rojizo) que articula las unidades residenciales y permite, a su vez, la adaptación formal del conjunto.
Coronel: villa San Pedro (zona sur).
Avanzado el siglo veinte, entre las décadas de 1930 y 1960, la zona sur y, particularmente, la ciudad de Concepción experimentó un importante desarrollo. El terremoto de 1939 destruyó en gran medida los paisajes urbanos de Concepción y Chillán que se destacaban por tener un estilo colonial, neoclásico y ecléctico. Fue a raíz de esta catástrofe que Le Corbusier ofreció al gobierno de Chile la elaboración de un Plan Regulador para la reconstrucción de las ciudades de Concepción y Chillán, propuesta que no llegó a materializarse (Burdiles Allende et al., 1994). Para el año 1961 la provincia de Concepción contaba con una superficie de 5.700 km2 y se caracterizaba por una importante actividad industrial ligada a sus ciudades cercanas. Tomé, que contaba con una industria de textil, los puertos de Penco y Talcahuano, y los pueblos de Lota y Coronel que estaban vinculadas con la extracción del carbón. Junto con el desarrollo industrial de la provincia, el cual fue parcialmente financiado por la Corfo tras el terremoto, y la construcción de la planta CAP-Huachipato en 1950, la Corvi impulsó proyectos para enfrentar la creciente necesidad habitacional de los sectores urbanos en torno a Concepción ( Franck y Pérez ,2009 ).
Hacia 1952, la ciudad presentaba una tendencia de crecimiento de la población urbana que alcanzaba el 34,1 % (siendo el promedio nacional de 26,6 %), siguiendo la pauta de otras grandes ciudades de Chile como Valparaíso y Santiago ( Franck y Pérez ,2009 ). De acuerdo con el censo de 1960, la ciudad de Concepción contaba con 165.525 habitantes y Coronel, con 55.123 (Dirección de Estadísticas y Censos, 1964). Al mismo tiempo había un déficit de 9.738 viviendas, mientras que 32 % de las viviendas de la ciudad de Concepción eran consideradas como deficientes o malas. En este contexto, la situación habitacional se acentuaba por dicho déficit a lo que sumaba las pésimas condiciones higiénicas, razón que llevó a incorporar a esta provincia en el Plan Habitacional Chile (Corvi, 1963). La construcción anual de menos de 1.000 viviendas no satisfacía al crecimiento vegetativo de la provincia; además, el terremoto de 1960 significó para Concepción una pérdida de 2.480 viviendas. En este contexto, un año después, la Corvi presentó el proyecto de la villa San Pedro ( Franck y Pérez ,2009 ), cuyo permiso de edificación fue emitido en 1963 y su recepción final en 1965.
Construido por labor directa de Corvi, según el Plan Habitacional Chile (Corvi, 1963), el conjunto villa San Pedro de Coronel Figura 9 fue concebido como una ciudad satélite, planificada en gran medida como autosuficiente, que ofrecería vivienda a empleados de nivel medio-alto, profesionales de Concepción y a los trabajadores de las grandes industrias localizadas en la periferia de la ciudad. El proyecto refleja un destacado valor paisajístico, al integrar usos vinculados a centros de deporte y esparcimiento, tal como la laguna de San Pedro, el club de yates y el río Biobío (CORVI, 1963). Este proyecto manifiesta la intención de la Corporación de contribuir tanto a dar solución al déficit habitacional en el contexto urbano en el que se encontraba como a aportar con una solución que potenciaría el valor estético del paisaje natural a través de una planificación que integraba amplias áreas verdes y una faja de parque de 150 metros al borde de la laguna (Corvi, 1961; Franck y Pérez ,2009 ).
El proyecto se ubicó en un terreno de la Corvi en la orilla sur del río Bío-Bío de 153,49 ha en la comuna de Coronel, a más de 35 kilómetros de esa ciudad. La villa consideró 38,5 ha de cerros cubiertos con bosques y 16,3 ha de parques. Es decir, incluía un 35,7 % de áreas verdes, explicitando una parte del legado físico de las ideas de ciudad-jardín. El área para viviendas comprendió 90 ha, un centro cívico de 12 ha y un centro deportivo, mientras que las viviendas unifamiliares abarcaron un 30,4 % de la superficie total, o sea, 46,7 ha ( Franck y Pérez ,2009 ; Fuentes y Pérez ,2012 ). El plan general comprendió cuatro áreas, tres residenciales con 600 viviendas aproximadamente y un núcleo central como centro cívico que incorporó servicios, circulación peatonal y vehicular, y espacios de permanencia. El centro cívico consistió en un espacio que relacionaba las tres áreas, con una serie de servicios tales como un mercado, un centro comercial, una escuela, un centro de salud, una iglesia católica y protestante, un estadio para 5.000 personas y un anfiteatro que aprovechaba la geografía del cerro ( Franck y Pérez ,2009 ). La estructura del proyecto reflejó los principios urbanos de la unidad vecinal, con viviendas, servicios y entorno, circulación peatonal y vehicular, y espacios de permanencia reconocibles a distintas escalas. También se identificó una estructura vial jerarquizada, con un sistema de perímetros estructurantes y una red con calles interiores que cruzaban por el centro cada unidad y pasajes ( Fuentes y Pérez ,2012 ).
Los edificios fueron estandarizados lo que brindó una imagen homogénea al conjunto, mientras que las viviendas fueron piezas pareadas de uno y dos niveles, con ciertas variaciones tipológicas, y los bloques, cuadrados de cuatro niveles, estaban ordenados por una escalera central interior ( Figura 10 ). La planta del primer nivel demuestra cómo la cocina se ubicó en el centro de la vivienda, con el fin de dotar de calor al interior (Corvi, 1965). En este caso, el espacio intermedio configurado por la escalera central (pintado en color rojizo) permite ordenar el conjunto y, a su vez, articular los espacios interiores con los espacios públicos al exterior.
Resultados y conclusiones
La producción de la vivienda y el enfoque de la ciudad planificada de la Corvi quedan consignados con diferentes énfasis y particularidades en los tres casos de estudio. Comparando los datos cuantitativos ( Tabla 1 ) de los tres proyectos y el desarrollo de análisis cualitativo a través de los planos de los proyectos, se realiza un análisis comparativo integrado de los casos de estudio, desde el cual se pueden mencionar los siguientes resultados.
En primer lugar, cada uno de los proyectos dio cuenta de manera explícita el concepto de “conjunto”, “remodelación y “villa” a través de sus estrategias proyectuales. El proyecto de conjunto de Valparaíso es el que posee una menor área (1,5 ha), luego el proyecto de remodelación de Iquique (7,55 ha) y el que cuenta con una mayor superficie total es la villa de Coronel (153,49 ha), siendo casi 100 veces el área del proyecto conjunto de Valparaíso. Esto dado que el proyecto de Coronel buscaba responder al importante déficit de viviendas y, al mismo tiempo, integró la idea de ciudad-jardín hacia las afueras de la ciudad por medio del concepto de “villa”, por lo que una parte importante del área total correspondió a área verde (35,7 %).
En relación con la configuración general de los proyectos, la villa en Coronel se configuró en el contexto más vasto de los tres casos, con una imagen general homogénea a las afueras de la ciudad y presentando una mayor diversidad tipológica y de espacios públicos. En contraste, el caso de la remodelación de Iquique muestra una densidad intermedia (421 hab/ha) y el proyecto de conjunto de Valparaíso manifiesta una mayor densidad de habitantes (560 hab/ha-185 departamentos) dada su ubicación en un cerro altamente urbanizado de la ciudad. De hecho, el área total del proyecto de conjunto de Valparaíso es la menor de los tres casos (1,5 ha).
Con respecto a la articulación de las unidades de vivienda, en el proyecto de remodelación de Iquique estas se presentan como bloques con estructuras simples, las cuales se planificaron y agruparon en torno a un patio, creando un espacio central de ventilación que respondió a las condiciones ambientales del borde costero del norte de Chile. El conjunto de Valparaíso posee una mayor flexibilidad en la estructura y en la configuración de patios que se adaptaron a las tipologías del contexto y con un paisajismo adecuado al cerro, lo cual se logró a través de módulos articulados. Por otro lado, el proyecto de villa en Coronel destaca por una jerarquización de la estructura vial que integró la diversidad de tipos de vivienda y otros usos. En los tres casos, se identifican espacios intermedios que juegan un rol fundamental en la articulación formal de los conjuntos y en su relación más amplia con la ciudad. Conformados por pasillos y un núcleo de escaleras, estos espacios permiten la adaptación de los bloques con el contexto urbano y, al mismo tiempo, posibilitan generar diversidad volumétrica, integrando espacialmente los espacios privados interiores de las viviendas y los espacios de uso público exteriores de los conjuntos.
Por otro lado, cabe destacar que, aunque el proyecto de conjunto de Valparaíso consideró la demolición de las construcciones preexistentes, estas no fueron destruidas completamente dado que las plataformas originales se rehabilitaron como espacios comunitarios. De esta manera, se comprende por qué este proyecto no es identificado como una “remodelación”, dado que ese concepto considera la demolición completa de lo preexistente. En contraste, el proyecto de remodelación de Iquique sí implicó la demolición completa del asentamiento de pescadores preexistente en el borde costero del sector El Morro, imponiéndose a través de una escala modernista completamente nueva desde la visión de tabula rasa e integrando a su vez espacios para el tránsito por el borde costero.
La comparación de estos tres casos permite afirmar que la Corvi representó una institución que promovió la capacidad del Estado de cubrir el déficit de vivienda en términos cuantitativos, pero también logró el desarrollo de planes urbanos que establecieron una impronta en los territorios. Es más, sus iniciativas reflejaron distintos enfoques de planificación urbana, de acuerdo con las necesidades y características socioambientales del contexto en que se emplazaron.
El análisis y las conclusiones de las obras seleccionadas se basan en entender cada caso en la idea del proyecto como parte de la ciudad. Verlo de esta manera permite estudiar las obras seleccionadas no solo como obras autónomas que resuelven un problema habitacional, si no como un sistema de proyectos que se vincula con la ciudad ( Navarrete, 2012 ).
La Corvi planteó estrategias proyectuales en función de las diversas escalas del contexto general que implicó la problemática del déficit de vivienda en Chile. A través del análisis de casos, queda consignado que no solamente fue considerada la escala y las características de las macrozonas (zona norte, centro y sur), sino también las condiciones inmediatas de los contextos urbanos y paisajísticos preexistentes, pues en cada uno de los proyectos se identifica un concepto y una unidad espacial que refleja la estrategia proyectual. Para el caso de la remodelación de Iquique, se buscó generar contraste a través de la horizontalidad del bloque y de la permeabilidad a través de vistas y espacios para el tránsito peatonal en el borde costero. En el caso del conjunto de Valparaíso, en cambio, el bloque se quiebra para acomodarse a la pendiente, generando módulos articulados adaptados a la densidad del contexto y al cerro preexistente. Por otro lado, en el caso de la villa en Coronel, se planifica una ciudad jardín en las afueras de la ciudad, con baja densidad y con una amplia diversidad de usos, siendo consistente con la idea de crear un nuevo entorno urbano que no dependa del centro de la ciudad. En este sentido, resulta de interés avanzar, en términos conceptuales y de la puesta em práctica, en las estrategias proyectuales referidas a la “remodelación”, al “conjunto” y a la “villa”. Por ejemplo, el concepto de remodelación, promovido por la Corvi, consideraba como noción general el contraste y la demolición de lo preexistente bajo el enfoque de tabula rasa; desde fines de siglo XX, nuevas acepciones podrían darse a este concepto, cuando los municipios —entendidos como gobiernos locales en Chile— han entregado las iniciativas de remodelación urbana al capital privado inmobiliario (López-Morales, 2012; Olguín, 2019 ). Es decir, considerando que el Estado ya no promueve ni construye proyectos urbanos de vivienda con base en el concepto de remodelación, sería interesante analizar cuáles han sido las implicancias en términos de la comprensión de la producción de vivienda y de la ciudad planificada en el contexto actual.
Por último, cabe destacar que, a través de los proyectos de vivienda, la Corvi se propuso materializar ciertos objetivos funcionales y sociales, tal como indican sus propias memorias.
En este sentido, la vivienda como objeto de estudio en sus diferentes dimensiones permite comprender con mayor complejidad el tipo de ciudad anhelada en un período en el que la importancia del hogar, de los derechos sociales y del desarrollo territorial justificaron con creces la importancia de invertir en vivienda.
Conflicto de interés - Declaración de autoría
Las autoras no tienen conflictos de interés que declarar.
Macarena Ibarra: Conceptualización; Adquisición de fondos; Investigación; Metodología;
Supervisión; Redacción-borrador original; Redacción-revisión y edición.
Andrea Ortega-Esquivel: Conceptualización; Curación de datos; Metodología; Visualización; Redacción-borrador original; Redacción-revisión y edición.
Resumen:
Introducción
Marco teórico
Las dimensiones del plan habitacional Corvi
Análisis
Iquique: proyecto de remodelación El Morro (zona norte).
Valparaíso: conjunto habitacional Ignacio Zenteno en cerro Lecheros (zona centro).
Coronel: villa San Pedro (zona sur).
Resultados y conclusiones
Conflicto de interés - Declaración de autoría